Día 1: Llegada a Oporto
Temprano a la mañana van a estar llegando a la bellísima ciudad de Oporto.
En esta ciudad hay un montón de cosas para hacer, así que no pierdan ni un segundo y pónganse a descubrir todos los secretos que esconde.
Una de las primeras cosas que deberían hacer es conocer la famosa Estación de San Bento. Esta se encuentra cubierta de los azulejos que caracterizan la ciudad de Oporto y está considerada una de las estaciones de tren más hermosas del mundo.
De ahí pueden ir a conocer la famosa Librería Lello. Está pegada a la Universidad de Oporto y es un lugar realmente mágico. Parece una librería de Hogwarts, con su gran cantidad de libros y la peculiar escalera en el medio. Y la verdad es que la escritora de Harry Potter vivió unos años en Oporto y saco muchas ideas para su obra, entre otras, las capas negras que utilizan los estudiantes de la escuela de magia son prácticamente las mismas a las de los estudiantes universitarios de Oporto.
Allí cerca se encuentra la conocida Torre de los Clérigos. El museo y el monasterio son perfectamente accesibles para personas con discapacidad. Pero lo mejor de esta visita es subir a lo alto de la torre desde donde se obtienen unas fantásticas vistas de la ciudad. Subir hasta lo mas alto es complicado, sin embargo, en 2015 se inauguró una sala en el 4º piso que a través de pantallas hacen que se obtengan las mismas vistas y sensaciones que desde lo alto de la torre.
Después de estas visitas toca comer... ¡Y es que Portugal posee una gran riqueza gastronómica que no te puedes perder! No les va a dar el tiempo para probar todo a no ser que estén dispuestos a explotar... ¡además las raciones son muy abundantes! Nosotros les recomendamos que prueben la Fransesinha, un sándwich ideal para el mediodía que te hará sentirte nuevo.
Por la tarde pueden cruzar a Vilanova de Gaia, al otro lado del Duero, desde donde se obtienen unas fantásticas vistas de Oporto. Allí hay una gran cantidad de bodegas con vinos deliciosos, así que una muy buena opción es realizar una visita para degustar la gran variedad que nos brinda esta ciudad.
¡Por la noche estoy convencido que no van a poder con una Fransesinha de nuevo! Así que siéntense en un bonito lugar y prueben el pescado o marisco. Son productos locales y se encuentran muy bien de precio. Así que no se pierdan el bacalao hecho de mil formas distintas, el pulpo a la brasa, los mejillones y otro gran variedad que no me da para nombrar.
¡Igual no es para que lo coman todo la primera noche! Quedan muchos días por delante.
Día 2: Visita de Oporto
En el día de hoy pueden ir a conocer la Iglesia de San Ildefonso. Se trata de una iglesia barroca del siglo XVIII famosa por su fachada con más de 11.000 azulejos. De allí deberían ir a pasear por la ribera del Duero y aprovechar para tomar un café en alguna de las terrazas que se encontrarán. Caminen hasta el Puente Don Luis, un coloso de hierro del siglo XIX que une Oporto con Vilanova de Gaia. Allí podrán disfrutar de las vistas y luego ir a conocer la Catedral de Oporto. La catedral es de estilo románico, con detalles barrocos y góticos, que data del siglo XII y está declarada Patrimonio de la Humanidad.
Ya toca hacer la pausa para comer y degustar el plato que más les llame la atención.
Sigan caminando hacia el Palacio de la Bolsa, la sede de la Cámara de Comercio e Industria de la ciudad. Este es famoso por su arquitectura neoclásica con salas inspiradas en la Alhambra de Granada, la sala del presidente y una fantástica biblioteca con más de 10.000 volúmenes. Al terminar la visita sigan hacia los Jardines del Palacio de Cristal, unos jardines románticos desde los cuales se obtienen unas panorámicas magnificas del río.
Para terminar el día vayan al Faro de Felgueiras. Se trata de un lugar tranquilo frente al mar desde el cual contemplaran un fantástico atardecer.
Día 3: Ruta hacia Lisboa
Hoy se van para Lisboa. Se encuentra a unos 400 km de Oporto, pero serán amenos porque van a poder conocer hermosos pueblos y llegar a Lisboa por la Noche.
La primera parada la realizarán en Aveiro. Se trata de un pueblo bañado por canales que nos recuerda a Venecia. Los canales son transitados por barquitas y las casas son todas de colores diferentes. Van a poder recorrer las callecitas y canales para después partir hacia Costa Nova.
Costa Nova es uno de esos lugares que no parecen reales sino un decorado de película. Se trata de un pueblito de casas con rayas blancas combinadas con distintos colores. ¡Es realmente bonito! Van a poder callejear y conocer el Faro de Aveiro.
Van a seguir ruta para llegar a comer a Coímbra. Coímbra es la ciudad universitaria más importante de Portugal por eso está llena de vida y merece la pena recorrer sus calles.
A la tarde toca cambiar de aires y visitar un ambiente surfista. Por eso van a poder conocer Nazaré, uno de los lugares para surfear más famosos del mundo. ¡Y es que ahí se surfeó la ola más grande de la historia! Esta localidad es espectacular para sentarse frente al mar a tomar algo y relajarse contemplando las olas romper.
Peniche, a un ratito de Nazaré, también es un pueblo surfista conocido por sus grandes olas. En Peniche les recomendamos que disfruten de los gigantescos acantilados y contemplen el atardecer desde lo alto de uno de ellos.
A Lisboa llegarán de noche, bonita hora para conocer la ciudad, pero seguro estarán cansados y quedan varios días para descubrirla.
Día 4: Visita de Lisboa
Amanecerán en un lugar nuevo y no van a querer perder ni un segundo para comenzar a recorrerlo. ¡Así que alístense y comiencen!
Les recomendamos que tomen un buen desayuno típico portugués que les proporcionará la energía necesaria para descubrir las calles de Lisboa.
Pueden empezar por la plaza del comercio, un lugar imprescindible de la capital portuguesa. Allí se encontraba el palacio real y hoy es el centro neurálgico de la ciudad. Ahí al lado se encuentra la catedral de Lisboa, un impresionante edificio románico y la iglesia más antigua de la ciudad. Para seguir la mañana pueden subirse al famoso tranvía nº28, con varias de sus paradas adaptadas para usuarios de silla de ruedas, y disfrutar de las calles de la capital. Van a pasar por distintos barrios, pero les recomendamos que se bajen en el Mercado de la Ribera y aprovechen para comer.
Por la tarde pueden ir a conocer el hermoso castillo de San Jorge y luego ir a contemplar la puesta de sol desde el mirador Puertas del Sol. ¡No los decepcionara! Luego busquen un bonito lugar para cenar y terminar de disfrutar de este gran día.
Día 5: Visita los alrededores de Lisboa
En el día de hoy les recomendamos que vayan a conocer las localidades vecinas de Sintra y Cascais.
En Sintra se encuentra el famoso Palacio da Pena, declarado patrimonio de la humanidad, fue la residencia de la realeza portuguesa y se trata de una obra de arte en si misma. Siendo una de las máximas expresiones románticas de l país. Es realmente increíble los colores de sus paredes y el interior te deja sin palabras.
Antes de despedirnos de Sintra van a poder conocer la espectacular Quinta da Regaleira. Un palacio en medio de bosques y jardines de una belleza inigualable.
En el camino de regreso a Lisboa se van a desviar para conocer la localidad de Cascais. Un pequeño pueblo costero en el que se encuentra la Boca do Inferno. Una de esas maravillas que la naturaleza nos brinda. Desde allí van a poder contemplar uno de los atardeceres más bonitos mientras las olas entran por un gran agujero en la roca y golpean las paredes.
Día 6: Visita de Lisboa
Se les acaba el tiempo en Lisboa y todavía hay mucho por conocer. Así que pueden ir a visitar la Torre de Belém, construida sobre el agua y luego conocer el monasterio de los Jerónimos de Belén.
Después de comer pueden contemplar el monumento a los descubridores. Se trata de la representación de una carabela tripulada por 33 héroes portugueses. No se pueden ir del barrio de Belém sin probar los Pastéis de Belem, ¡deliciosos y únicos ya que su receta es secreta!
Regresen al centro de la ciudad y descubran sus callejones.
Día 7: Regreso a casa
En su último día en este hermoso país pueden ir a recorrer la famosa Rúa Augusta y terminar de conocer todos los rincones de la ciudad hasta que sea la hora de ir al aeropuerto y tomar el vuelo de regreso a casa.
